Robinho llegó al Real Madrid como uno de los fichajes más resonantes de los primeros años del siglo XXI. El brasileño que había brillado en el Santos y que era comparado con Pelé llegaba al Real Madrid pero su ciclo ahí no fue el mejor.
En diálogo con Marca, el brasileño reconoció algo insólito: "Mi debut fue genial. Había llegado a Madrid el día anterior estaba ansioso por jugar. Fue perfecto. Cuando recibí mi primer balón, le tiré un sombrero a un jugador del Cádiz y empecé a regatear".
Luego, él explicó: "Me faltaba madurez y la capacidad de parar, pensar con una mente clara y considerar las consecuencias antes de tomar decisiones. Solo la edad y la experiencia pueden brindarte esto".
Lo cierto es que Robo nunca funcionó y se terminó yendo al Manchester City por 43 millones de euros: "Me gustaría mucho volver a ver a Florentino Pérez, darle un abrazo y agradecerle todas las cosas buenas que hizo por mí. Por todo el cariño que me dio", cerró.