Tite: un ciclo tremendo en los números, que quedará manchado por tres partidos
Tite tuvo un altísimo porcentaje de victorias con Brasil, pero por esas cosas del fútbol, su paso por la selección quedará en el olvido
Tite le puso fin a la experiencia de su vida. No todo fue fácil en la carrera del entrenador que tuvo que conocer el barrio antes de ser seleccionador de la Selección de Brasil. Fueron 25 años de carrera antes de llegar a ocupar el banco más importante del país.
En total, el entrenador pasó por 13 equipos tras su primera experiencia en 1990 con el buzo de adiestrador del humilde Garibaldi. Luego, dirigió a Caxias, Veranópolis, Ypiranga y Juventude antes de tener su primer gran desafío al frente de Gremio.
Su carrera ahí lo empezó a rozar con los gigantes brasileños. Fue director técnico de Sao Caetano, Corinthians, Atlético Mineiro, Palmeiras e Internacional aunque, llamativamente, su única experiencia en el exterior fue en Al-Whada de Emiratos Árabes Unidos.
Hasta llegar a la Selección de Brasil, Tite ganó siete títulos: una copa de Brasil con Gremio y una Sudamericana con Inter aunque sin dudas que la catapulta hacia el seleccionado fue su paso por Corinthians. Con el Timao consiguió otros cinco trofeos: dos Paulistas, una Recopa Sudamericana, la ansiada Libertadores y el histórico Mundial de clubes en 2012, la última vez que un club sudamericano lo obtuvo.
Su salida fue el 15 de junio de 2016 y un día después fue presentado como seleccionador de Brasil, comenzando un ciclo que sería implacable en los números pero que terminó con un sabor amargo por las derrotas claves que marcaron a fuego su historia.
Tite ganó 61 de los 81 partidos que dirigió en la mayor verdeamarhela. Solo empató 13 encuentros y perdió siete, logrando una efectividad brutal del 80,6%. El ciclo, indiscutible en cifras, tuvo tres derrotas que lo condenaron: la final en el Maracaná con Argentina de la Copa América 2021, los cuartos de final con Bélgica en 2018 y ante Croacia en 2022.
Esos tres partidos dejan la sensación de que a sus equipos algo les faltó. Dominó siempre en el plano continental, ganando sus dos eliminatorias mundialistas y hasta la Copa América 2019 ,pero en los verdaderos objetivos para Brasil, llegar a cuartos de final en mundiales deja sabor amargo.
Arribó a las dos citas ecuménicas como amplio candidato y perdió contra dos selecciones históricamente menores, amén de sus presentes. Bélgica le dio el primer golpe de gracia, el entrenador se sacudió y volvió a intentarlo, de hecho un año después de Rusia logró el torneo continental.
El camino a Qatar fue esperanzador para que Brasil pueda romper la sequía de veinte años sin mundiales. Las Eliminatorias fueron perfectas sin ninguna derrota y el primer aviso fue la caída en el Maracaná ante Argentina. Sin embargo, esa caída no alteró los planes: el objetivo era el mundial.
La copa más deseada arrancó de buena manera con las dos victorias en fase de grupos pero perdió a Neymar por lesión y aparecieron los primeros temblores. Camerún le ganó en la última jornada de la zona (una de las cuatro derrotas insignificantes de su ciclo, las otras tres fueron en amistosos).
El famoso bailecito de Tite con los jugadores
El baile a Corea del Sur con la vuelta de Ney lo confirmó como candidato, pero el mazazo llegó en cuartos con Croacia. Lo ganaba 1 a 0 y Tite equivocó los cambios: sacó a Vinicius por Rodrygo y rotó pieza por pieza en ataque. Es más, los problemas en los laterales lo expusieron aún más porque terminó con Militao de cuatro, en una lista que terminó resultando errónea.
Sin fuerzas, Tite se fue luego de seis años poniendo fin a un ciclo que fue implacable en la estadística pero que termina con gusto a poco por no poder dar la talla en los momentos cumbre. El saldo, por más injusto que sea, termina siendo negativo para la historia que ostenta Brasil.
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