Lo llamaron de la Roma, pero prefirió los hábitos y se hizo sacerdote

Lo llamaron de la Roma, pero prefirió los hábitos y se hizo sacerdote

Lo llamaron de la Roma, pero prefirió los hábitos y se hizo sacerdote

Por: Luna BrailovskyMiércoles 21 Abr 2021

 Samuel Piermarini fue fichado por la Roma el 23 de enero de 2010 como segundo arquero para el equipo sub-17, pero en vez de aceptar esa oferta, para muchos de ensueño, tomó una decisión que sorprendió a todos y el año siguiente entró en un seminario para ser sacerdote.

El camino le llevó más de una década, pero este domingo el Papa Francisco lo ordenará sacerdote en la basílica de San Pedro junto a otros nueve compañeros.

Actualmente, Piermarini se encuentra en un retiro en un monasterio de la provincia de Rieti, preparándose para un encuentro con el Papa. Desde allí, le contó a la prensa cómo ha cambiado su vida después de rechazar el llamado de la Roma y obedecer el llamado de Dios.

"Buscaban un segundo portero para la competición Allievi Nazionali, la sub 17 del campeonato italiano, y tras la prueba me llamó el entrenador Andrea Stramaccioni y me dijo que podía fichar", dijo Piermarini.

Y agregó: "No tenía ganas de trastornar mi vida, me di cuenta de que quería hacer otra cosa".

El exportero ahora tiene 28 años y recuerda con cariño que creció con el gran mito de Gigi Buffon.

Lo llamaron de la Roma, pero prefirió los hábitos y se hizo sacerdote

En 2011 le llegó otra llamada, pero esta vez muy distinta. "Stramaccioni seguro que pensó que era tonto", dijo para explicar los motivos que lo llevaron a no fichar por el club.

A su corta edad, a Piermarini ya se lo conocía por ser el mejor portero de la "Clericus Cup", el torneo de fútbol que organiza el Vaticano entre los seminaristas presentes en Roma.

Esa tradición continúa al día de hoy. "Cuando puedo siempre voy a jugar con amigos y antes del Covid también habíamos empezado un torneo. Pero sé que tiene poco valor en comparación con otras experiencias, como la del domingo", afirmó.

Ahora, el domingo tendrá una foto con el Papa que guardará entre sus recuerdos como aquel fax del Roma en el que le confirmaban que querían su fichaje.

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